Un Concierto es más que Un Concierto

En la música hay varios participantes. Podemos nombrarlos participantes activos y pasivos. Los activos son los artistas, ingenieros, técnicos, operadores, asistentes, músicos, productores, entre otros. Por los pasivos nos referimos al respetable público, a todas esas personas que tenemos la necesidad de ir a pararnos o sentarnos horas enfrente de un escenario para poder escuchar y ver directamente al artista hacer su arte. Hay algo que une a todos los participantes y ese algo se llama música. A todos nos gusta; artistas, ingenieros, público. Algunos deciden hacer de ella su modo de vida y buscan la forma de mantenerse por medio de la misma. A todos nos une la música.

 

Los participantes activos dan todo en cada fecha para que el show sea agradable y el respetable salga feliz y con ganas de volver. El artista lleva años tratando de pulir su creación, confiar en ella, estar seguro de que transmite lo que debe transmitir, creando la confianza en sí mismo para poder presentarse ante un público y dedicando muchas horas de su vida a mejorar.

Cuando un artista está planeando una gira o simplemente una fecha, es porque la necesita, por dos razones principales. La primera es el arte en sí. Un artista tiene la necesidad de dar conciertos. Compartir su arte mientras lo ejecuta. Cuando se presenta en vivo, todo hace sentido. La segunda razón, no menos importante, es el dinero. Hoy en día los artistas ganan de vender boletos (algo que se ha vuelto más difícil desde 2020). Llenar el corazón dando conciertos no es todo, también hay que pagar la renta. A diferencia de lo que muchos pueden creer: los participantes activos de la música no viven de aplausos. Es su trabajo y es muy delicado decir “ese boleto está carísimo” sin saber todo lo que hay detrás de la fecha.

Una vez que el artista y el equipo tienen fija la fecha y han definido el lugar en el que se llevará a cabo, empiezan a trabajar en muchas cosas. Es necesario cubrir y atacar varios frentes al mismo tiempo; ensayar, preparar el show visual, coordinar ingenieros, luces, equipos, músicos y el artista al mismo tiempo tiene que seguir siendo la cara en el boleto, verse bonito y atraer al respetable a la taquilla. 

 

En el año 2022 es muy fácil enterarte de los eventos en vivo que tendrán lugar en tu ciudad. Nosotros como aficionados a la música ya no podemos poner el pretexto de “no me enteré que venían”. Si nos gusta la música sabemos cuándo y dónde será el próximo concierto de nuestros artistas favoritos. Esto también requiere de una preparación de nuestra parte. Una vez que ponemos los ojos en la fecha para ir a ver a nuestra banda favorita, no podemos dejar de pensar en ello y estamos contando los días. Escuchamos una y otra vez sus discos para tener las canciones frescas y poder cantarlas al mismo tiempo que nuestros ídolos. 

 

Es importante darnos cuenta de que todos jugamos un papel muy importante cuando hablamos de un concierto. Tanto el artista, ingenieros, taquilleros y el público tienen una responsabilidad importante. El artista tiene que estar concentrado y conectado con su público, con su emocionalidad y con su arte. El ingeniero tiene que estar atento a cualquier cambio para modificar sus parámetros y asegurarse de que el público está escuchando lo que el artista quiere que escuche. El taquillero tiene que llegar temprano y ponerle buena cara a todos los asistentes para darles acceso. El público tiene muchas responsabilidades. Tenemos que llegar puntuales, tenemos que estar en silencio cuando así se requiere, gritar y aplaudir cuando así se requiere y tomarnos una cerveza cuando así se desea. Apreciar el arte de nuestros artistas.

 

Estos y muchos otros factores son los que construyen una fecha inolvidable en los recuerdos de los participantes.

La tecnología y la música siempre han estado estrechamente unidas y se han impulsado a evolucionar mutuamente. Existen muchos estilos y proyectos musicales que se deben en parte a los avances de la tecnología. Uno de los avances tecnológicos que más nos han acercado a la música es el smartphone. Sin un aparato como este, nos sería más difícil consumir música de forma cotidiana y sería más difícil enterarnos de los conciertos de nuestros artistas. Lo malo es que el mismo aparato, se ha vuelto el culpable de hacer que nuestras experiencias musicales sean más distraídas. Nos podemos dar cuenta de que muchas personas van al concierto a grabar prácticamente todo o a tomar fotografías de todos los cambios en el escenario y todas las canciones. Cada quien es libre de hacer eso si así lo desea, claro.

 

Si lo vemos con ojo crítico, esto es un error. Pagamos un boleto para ir a ver a nuestros ídolos, dejamos todo lo demás en nuestras vidas por un par de horas de satisfacción viendo como alguien canta o toca la guitarra de una forma que nos complace. Ya después regresamos a la rutina. Lo malo es que si pasamos ese par de horas con los ojos en la pantalla de nuestro teléfono y los brazos arriba grabando cada segundo del evento, nos perdemos de todo. El éxito de los conciertos está en el detalle. Ver correr al vocalista inhalar antes de una nota larga, ver al guitarrista doblar sus cuerdas o al baterista golpear sus parches es a lo que vamos. ¿Para qué preocuparse por grabar todo  si nosotros mismos no lo vamos a disfrutar plenamente? ¿Estás ahí o no


En la Ciudad de México hemos tenido excelentes conciertos durante las últimas semanas. Hemos visto a muchas bandas que no venían hace mucho, bandas que siguen creciendo, bandas cuya afición se va a haciendo más pequeña pero no menos fiel, entre muchos otros actos interesantes. Todo esto es cultura. Es importante identificar que ir a un concierto es un evento cultural. El artista está aportando algo y el aficionado también, todos se enriquecen. Durante estos últimos conciertos en la CDMX, nos hemos dado cuenta de algo que nos deja muy consternados. La gente va al concierto pero no está ahí. Van para grabar todo y subirlo a sus redes. Esta reflexión parte de una sorpresa. Nos damos cuenta de que ya no es lo mismo. Ahora la gente prefiere ver los conciertos a través de una pantalla, a pesar de estar ahí, a unos cuantos metros de su artista favorito. Queremos invitar a nuestra comunidad a vivir el momento, aprovechar que en esta ciudad suceden muchas cosas y hay muchos conciertos para todo tipo de público. ¡Tenemos la oportunidad de presenciar a muchos artistas hacer su arte!


Hay que saber identificar las oportunidades y tomarlas. Cuando un artista decide presentarse en vivo hay que aprovecharlo. Dos años sin conciertos nos dieron una valiosa lección y esa es que no podemos desaprovechar ocasiones en las que nuestros artistas se presenten en vivo ante nosotros y que a través de una pantalla, definitivamente no sabe igual. La música nos une y nos hermana, hay que vivir el momento y enriquecer nuestras vidas con ella.

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